domingo, junio 05, 2011

Carta abierta a propósito de los comicios generales 2011

Las elecciones en el sistema democrático, en gran parte del mundo occidental, son un ejercicio visceral del pueblo, que completamente influenciado por los medios de comunicación, los líderes de opinión, la ignorancia supina y detrás de todo esto, los grupos de poder, se limitan a darnos el derecho de, cada cierto tiempo, cambiar un gobierno por otro que talvez podría ser mejor. Por lo tanto, como menciona José Saramago, la democracia de la que gozamos es una democracia mutilada, amputada y secuestrada, ya sabemos por quienes.

Dicho esto, es inevitable plantearse el dilema histórico que atraviesa nuestra generación de elegir entre las dos propuestas vigentes en la segunda vuelta electoral, y es que estos comicios además de haberse constituido como los más reñidos y sucios de nuestra inestable historia republicana, estando a puertas del bicentenario de nuestra independencia, también ha desnudado las grandes flaquezas de nuestra sociedad desigual, excluyente, profundamente corrompida, ignorante o desinformada (que a la sazón, en materia política viene a ser casi lo mismo), mitómana y caudillista.


Por un lado tenemos a un ex-militar, que sin ser un tipo apocado o mediocre, tampoco es una lumbrera intelectual, no demuestra tener muchas luces en la confrontación de ideas, ni mucho menos tener el perfil de estadista o el carisma, en el que diversos proyectos políticos de todas las tendencias han sustentado gran parte de su éxito. Sin dejar de ser un caudillo, pero más acorde a la triste realidad de nuestra clase política actual, irónicamente Ollanta Humala representa, a medias, a la izquierda peruana, desmembrada y siempre desunida, por factores internos y persecución de los gobiernos de turno. Izquierda que no ha podido presentar un cuadro lo suficientemente mediático como para ser representada dignamente en los últimos comicios.

Por el otro, tenemos a una administradora de empresas, que nunca ha administrado nada en su vida, más allá, probablemente, que su propio hogar. Un personaje que representa al más nefasto proyecto político que ha sufrido el Perú, por encima del APRA de García y toda la aristocrática derecha conservadora peruana, que no tiene nada de liberal, y eso ya es bastante decir. No obstante, el fujimorismo y sus redes de poder, entre las que se extienden las más altas élites del gobierno de turno, han sabido crearle una imagen de madre moderna, exitosa profesional y aprovechar su mayor pasivo de una forma brillante: victimizar su relación familiar, reducir todo a un culebrón mexicano. Y tan bien funcionó la estrategia que buena parte de los actores de la campaña electoral, incluyendo a la otra propuesta y las organizaciones civiles contrarias al fujimorismo, han caído en reducir una buena parte de los argumentos a un simple "la hija del dictador" o la "mala hija de su madre", permitiéndole así, al fujimorismo, utilizar argumentos de índole sentimental o personal, para explicar dichos cuestionamientos, lo cual ha calado en buen sector de la población de todos los estratos económicos.


Pero en el presente escenario se han presentado dos fenómenos socio políticos de enorme trascendencia para Latinoamérica (Y digo esto porque la elección peruana es sumamente importante para el panorama político latinoamericano, prueba  de esto es el gran interés de la prensa internacional y la amplia cobertura brindada a nuestras elecciones) y que permiten tomar partido de una u otra propuesta a los más indecisos.

Como era de esperarse, inmediatamente conocido los resultados de la primera vuelta, el gobierno Aprista de García, aliado político del fujimorismo durante los últimos 5 años, la más abyecta, servil y lamentablemente, mayoritaria prensa, los mismos grupos de poder que han participado de las decisiones de la vida política peruana, varias empresas transnacionales, principalmente mineras, el sector más recalcitrante y conservador de  la iglesia católica y quienes tienen más que perder en este entuerto, sentaron posición y luego acción con Keiko Fujimori, blindando y humanizando su imagen, dotándola de los recursos y del aparato para realizar la contra campaña más nefasta que recuerda nuestra historia republicana (peor aún que cuando su padre estaba en el poder), destruyendo la imagen de Ollanta Humala, sí, más todavía, planteando un escenario apocalíptico, prácticamente demonizándolo, si cabe el término. Diversos sectores de la política peruana han mostrado su verdadero rostro y bailado al ritmo del chino, chino!, con más entusiasmo y cinismo que resignación, inclusive a través de demostraciones patéticas como la de Máximo San Román en el besa manos de la cabeza visible de la organización político - mafiosa que lo redujo al ridículo y lo acosó continuamente a partir del año 1992.

El segundo fenómeno se produjo días después del suceso anterior. Diversas fuerzas políticas, sociales, sindicales, civiles, académicas, artísticas y un pequeño, pero dignísimo, sector de la prensa del país, fueron paulatinamente adhiriéndose al proyecto de Humala, cada cual con sus particulares intereses, pero con un objetivo común, hacerle frente al peligro que representa el regreso de la mafia fujimontesinista, aquella que destruyó el estado de derecho, ninguneó las libertades personales y colectivas, se apoderó de las instituciones publicas a todo nivel para luego desarticularlas, pulverizó la estabilidad laboral y el respeto a los trabajadores y redujo a cenizas el mas mínimo concepto de derechos humanos que podía tenerse en nuestra patria, no solamente negándole calidad de vida y un trato justo a la mayoría de la población, sino que irrogándose el derecho obsceno de poder tomar sus vidas, sus cuerpos, su fertilidad, su dignidad.

Por lo tanto al margen de la naturaleza del apoyo recibido, fundamentalmente, respecto a las organizaciones políticas liberales y cercanas al modelo económico actual, la confluencia lograda es ampliamente legitima y necesaria para permitir la estabilidad y respeto a los principios básicos de la convivencia nacional, tanto para la prosperidad de la pequeña y emergente industria peruana y los esfuerzos de ellos para establecer una marca país competitiva, pues sin estado de derecho y un índice mínimo de paz social las inversiones nacionales o extranjeras, en nuestro territorio, serían inviables y seguramente solo atractivas para las grandes transnacionales que solo buscan invertir en actividades primarias (léase minería e hidrocarburos), que más allá de permitir acrecentar la caja fiscal, no promueven el desarrollo industrial, tampoco el avance tecnológico y no generan muchos puestos de trabajo, dicho de otra manera, la cadena de valor es tan pequeña y excluyente que en muchas ocasiones ni siquiera las poblaciones históricamente fiduciarias de los recursos que posee su territorio, son beneficiarias de los mismos, ni que decir de la posibilidad de integrarse al engranaje productivo y actuar como proveedores de bienes o servicios. Pero también el irrestricto respeto a dichos principios de convivencia social permiten el trabajo social y político, garantizan condiciones mínimas para el desarrollo de nuevas o mejoradas propuestas de país, más justas e inclusivas.

Por último basta con hacer una breve comparación entre ambos planes de gobierno (Considerando a todos los de Gana Perú, como un solo plan evolucionado y en base a sus compromisos):
1.            En primer lugar el rigor científico aplicado a ambos planes es claramente diferenciado, mientras por el lado de Gana Perú se tiene un documento original técnicamente elaborado y que profundiza las líneas base de su propuesta, rigor que se ha visto mermado por las enmiendas realizadas, pese al visible esfuerzo en mantener cierta coherencia con los documentos complementarios, el del fujimorismo es un pequeño documento discursivo, un pasquín que repasa sus principales intenciones (supuestamente). A decir de un artículo de de Federico Salazar: "...el de Fuerza 2011, es una tarea escolar al costado del otro plan de gobierno".
2.            En segundo lugar, un rápido análisis de ambos planes demuestra el carácter clientelista de la propuesta fujimorista, reduciendo toda su tesis de mayor equidad en la distribución de la riqueza, a sus típicos programas asistencialistas que solo han entorpecido el desarrollo de nuestro pueblo y aletargado su fuerza de trabajo. Del otro lado, tenemos una serie de programas planteados que, sin tener la mayor claridad en todas las fuentes de financiamiento requeridas, sí son rigurosos al respecto de las cifras finales de los mismos, de la importancia de trasladar buena parte de los actuales gastos de inversión a gastos corrientes involucrados y lo más importante: si fundamentan la necesidad de la universalidad de los servicios básicos que provee el estado para una mayor inclusión social: salud y educación.
3.            De dichos programas sociales solo me voy a permitir mencionar uno que particularmente ha generado mas controversias y mezquindades de parte de un sector de la opinión publica, fundamentalmente conservadores, el plan Pensión 65, que, si bien es cierto, reivindica un principio básico de las sociedades desarrolladas, que es el de la inclusión pensionaria de toda la PEA y de la población abocada  a las labores domesticas, esta originalmente diseñada para otorgar una pensión muy por debajo de lo requerido por la canasta familiar y más aún de las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo. Ahora, cabe mencionar que al quedar claro que el principio de intangibilidad de los fondos de pensiones se mantienen, pueden respirar tranquilos los afiliados a la ONP o alguna AFP, así como los dueños de estás últimas, quienes podrán seguir gozando de la más alta rentabilidad promedio de la región, me refiero solo a los dueños, desengañense. Sin embargo recordaré que este tipo de modificaciones se han logrado realizar en Chile, país que nos exportó el modelo de AFPs, con mucho éxito, e incluso, siendo estas modificaciones en la política pensionaria más osadas, lo cual ha permitido garantizar una asistencia mejor a la población. Ni que decir, si se plantearía los subsidios a los desempleados o los programas de asistencia que se practican en el primer mundo, probablemente la epidemia de rasgaduras de vestiduras sería generalizada; después de haber estudiado un poco las cifras de este tipo de programas no tengo la impresión que serían inviables en el Perú. Me queda claro que el de este plan no lo es, por el contrario esta en los márgenes de responsabilidad fiscal, como también es viable la garantización de un sistema de salud y un sistema educativo gratuito, con el concurso de todos los actores económicos de nuestra sociedad.
4.            En materia tributaria, el plan nacionalista planteaba la posibilidad de reducir los impuestos indirectos como el IGV y aumentar los directos como el Impuesto a la Renta, sobre esto, los nuevos compromisos adoptados por Ollanta Humala solo abordan el impuesto a la sobreganancia minera, la re-negociación de los contratos con las empresas principalmente extractoras, en el marco de la legislación vigente y los propios contratos y la eliminación o re-negociación de los contratos de estabilidad tributaria, para los nuevos proyectos y los ya existentes, respectivamente. Partiendo de la premisa de que los recursos sobre los que se aplican estos conceptos son principalmente no renovables (minería e hidrocarburos), es entendible que se trate de obtener un ingreso mayor aprovechando el “boom” de los precios en el mercado
internacional, fundamentalmente de los minerales, pero es un grave peligro considerar como fuente principal del presupuesto de diversos programas y proyectos estatales a este tipo de ingresos, pues como históricamente ha sucedido en nuestra patria, los periodos de prosperidad falaz, como los llamó Basadre, además de efímeros, suelen ser sumamente desiguales y solo son aprovechados  por un pequeño sector de la población; y ojo que esa crítica no solo se aplica al plan de gobierno de Gana Perú sino, también, a la actual composición del Presupuesto General de la República (similar en los últimos diez años) y la proporción que tiene el famoso Canon Minero en los presupuestos regionales. Por otro lado el fujimorismo respecto a este punto plantea una reducción del IGV en su plan, que debido a que no ha sido sustentado o presentado, siquiera, por su equipo técnico, se podría inferir que es otra propuesta demagógica más, pese a esto, convenientemente se han colgado de la propuesta del impuesto a la sobreganancia minera durante la campaña de segunda vuelta.
5.            El tema laboral, es abordado por el plan de Humala, bajo dos grupos de medidas: las que conciernen al ejecutivo como la garantización de los derechos consagrados de los trabajadores (seguro médico, jornada de 8 horas, participación en las utilidades, etc.) y las de orden legislativo como la eliminación de las services y CAS. En el caso del plan fujimorista las propuestas son prácticamente similares en lo antes mencionado, pero se diferencian en dos cosas: primero el aumento del salario mínimo que plantea Gana Perú y segundo, en que fueron justamente los fujimoristas los que generaron la actual situación de precariedad laboral, destruyendo la estabilidad laboral, desapareciendo a los sindicatos, negando derechos laborales, despidiendo masivamente a trabajadores del estado y dando el marco legal para la creación de las CAS y las services que ahora "quieren eliminar", discúlpenme, pero no me jodan! Es pertinente agregar que el plan "Mi primera chamba", además de mediocre y facilista, es producto de la mercadotecnia electoral, pues en el plan no aparece ni por asomo.
6.            Basado en cifras oficiales la minería, la pesca, la construcción, la agricultura y actividades relacionadas no representan siquiera el 10% del PBI, estando el grueso del aporte a las cuentas nacionales en actividades que generan valor agregado y otros servicios, de esto se desprende dos conclusiones: no es tan cierto que las actividades primarias representen la principal fuente de riqueza en el país, aunque si es la peor redistribuida, de acuerdo a otros índices, como tampoco es cierto que el “boom” exportador de algunos productos agrícolas no tradicionales, representen, todavía, un ingreso considerable en las arcas de la nación o en el bolsillo del campesino (sin que por esto niegue la importancia de su promoción y el incentivo de un reconocimiento justo del productor agrícola en la cadena de valor). En segundo lugar se concluye claramente que son las MyPES las que promueven y dinamizan nuestra economía, las que al generar valor agregado hacen viable la posibilidad de consolidar a futuro sectores industriales, por tanto, las que crean la mayor oferta de puestos de trabajo en el país, pero cabe aclarar que en su mayoría son empleos informales o subempleos. En mi humilde opinión, lo que menos necesitan estas empresas es una mayor presión tributaria, tampoco creo que el problema de la pobreza en el Perú se resuelva a través de la entrega de títulos de propiedad, como dice el Sr. Hernando de Soto en su investigación (que según se supo en las últimas semanas, aparentemente es un vil plagio), existen estudios de Harvard que confirman la insuficiencia de esta tesis, puesto que la propiedad privada, en sí, no genera riqueza, sino que simplemente reduce los costos fijos en la actividad productiva, lo que genera la riqueza es el trabajo. Pero es cierto que ciertas leyes de promoción (que además deberían responder a una clasificación empresarial más objetiva, basada no solamente en el número de trabajadores, sino por sobre todo, en la facturación y el análisis de los gastos corrientes de cada empresa, para beneficiar solo a quienes deben ser beneficiados y optimizar el uso de los recursos del estado) lo único que hacen es retrasar el proceso de formalización, pues no se trata de exonerar del pago de beneficios laborales a las empresas emergentes, se trata de brindar facilidades y promover activamente a determinados sectores con participación directa del estado de ser necesario, para dinamizar el sector, consolidarlo o simplemente ampliar la oferta, como se hace en diversas partes del mundo con bastante éxito. Queda claro que creo que el estado debe abandonar su rol subsidiario de la economía y tener un papel vigilante en la misma, solo regulando los mercados en los que la producción nacional compita en inferioridad de condiciones o cuando existan monopolios u oligopolios, las mismas que afectan al consumidor a la oferta en si misma. Por otro lado, aquel colaborador que es valorado y tratado de acuerdo a ley en el respeto a sus derechos laborales, ha de ser más eficiente y comprometido con el desarrollo de la empresa, lo contrario suele representar solamente mayores costos por una baja productividad o una volatilidad extrema en la permanencia de los trabajadores en la organización. Quienes nos hemos tenido que ver afectados por la ineficiencia estatal en los procesos de formalización empresarial, contratación pública y facturación con el sector público, o simplemente luchar por posicionarse en el mercado y además luchar contra las trabas que nuestra clase política suele ponerle a las pequeñas empresas privadas, veremos siempre positivo que se ofrezca optimizar dichos procesos de formalización, agilizar los procesos de contratación y la descentralización del SNIP, cosa que si he encontrado en el plan de Gana Perú.
7.            La educación se resuelve, según el plan fujimorista, construyendo más colegios, dotándolas de computadoras e Internet. No se necesita tener más de dos dedos de frente para notar que esto no es más que demagogia pura. Y si bien es cierto, el plan de Gana Perú si menciona el desarrollo de infraestructura en educación, sustenta el eje temático en la mejora de los contenidos curriculares, la capacitación docente, la evaluación en base a resultados de los maestros, pero también en la prospección de una mejor realidad latente de los educandos, dotándolos de material académico y alimentación básica. En este punto tengo que decir que ambas posturas me parecen insuficientes, siendo la de Ollanta claramente más elaborada que la de los fujimoristas, pues no atiende a profundidad los procedimientos de mejora curricular, la optimización del sector educativo, en el marco del respeto a los derechos laborales y si bien durante mi infancia he podido comprobar en todas las instituciones publicas en las que he estudiado, cuan necesario es para un niño la alimentación básica para un eficiente desarrollo académico, también es cierto que el problema de la educación , la deserción escolar y otros problemas relacionados, responden a causas socio económicas mucho más profundas. Por otro lado si me parece saludable que un plan de gobierno proponga, nuevamente, subir el presupuesto destinado a la educación, espero, con cierto pesimismo, que se ejecute y no sea otra repetición de una de las propuestas más ofrecidas por los diversos gobiernos de turno y lamentablemente más ninguneadas. También me queda claro que para poder darle una fortaleza competitiva a nuestra educación frente a la de otros países de la región, se debe aspirar a un porcentaje mayor al del 6% del Presupuesto General de la República, que plantea el plan nacionalista. Ante eso la propuesta de campaña fujimorista, que tampoco se detalla en el plan, mucho menos en materia presupuestal, de regalar buzos y zapatillas parecen un mal chiste.
8.            Siendo mayoritariamente intelectuales, profesionales o estudiantes, el público objetivo de estas líneas, no necesito explicar la importancia del desarrollo de la ciencia y tecnología en nuestra patria. El plan de Gana Perú aborda el tema de la investigación y plantea el desarrollo de un marco legal único para los proyectos de investigación, ponderando mejor la calificación de los asesores y "viabilizando" el uso de los recursos que actualmente ya están destinados con ese fin a través del canon minero, pero que no se ejecutan por vacíos legales. Plantea la tesis como un requisito para el bachillerato, lo cual tiende a garantizar la formación de la metodología de investigación y el método científico, en una universidad peruana mayormente mecanicista y teórica. Esto no solo garantizará mejor preparación de dicho grado académico sino que permitirá mejorar el nivel de las maestrías y doctorados que actualmente tienen que adecuarse al tipo de estudiantes que reciben. Por el lado del fujimorismo, cual mala palabra, no se menciona ciencia y tecnología en ninguna parte del plan.
9.            Sobre la libertad de expresión cabe mencionar que el plan de Ollanta aborda dos importantes ejes temáticos: la participación de la sociedad civil en el otorgamiento de las licencias de radio y televisión de señal abierta, que representa un intento de democratizar, en algo, dicho procedimiento que actualmente es completa facultad del gobierno. Por otro lado, implementa el mismo concepto a la televisión digital, ampliamente necesario, ya que estando próxima su completa implementación y licitación, es probable que sean los mismos propietarios de las televisoras de señal abierta que hoy conocemos los que se hagan de más canales, secuestrando la pluralidad y diversidad en la oferta televisiva, con el costo cultural y ético conocido, dicho en tres palabras más televisión basura. Nada de lo mencionado en este punto atenta contra la libertad de expresión, en mi humilde opinión, sino que tiende a garantizarla. No es necesario decir que al respecto la otra propuesta, la fujimontesinista, no dice nada, ya sabemos que su pragmatismo se reduce a definir los contenidos de los medios con la plata en la mano y en alguna oficina siniestra, como la tristemente célebre “salita” del SIN.
10.        Sobre medio ambiente, la propuesta de Gana Perú, clarifica el papel de las comunidades a través de diversos mecanismos de libre determinación, consulta popular, de las auditorias medio ambientales a los estudios de impacto ambiental y social que deben presentar los proyectos a realizarse en nuestra patria. Tiene además un acápite muy interesante sobre los procesos requeridos para que el Perú se ajuste al Protocolo de Kioto, de forma tal que se pueda garantizar la sostenibilidad de nuestro ecosistema, la biodiversidad y un menor impacto por el cambio climático. Talvez una de sus propuestas más alentadoras, pero en las que menos me fío debido a la poca voluntad política y los muchos intereses relacionados, principalmente de transnacionales muy poderosas, muy a pesar, que propios estudios del BID calculan una perdida  del 54% al 91% de nuestra amazonía, en los próximos 10 años, si se mantiene la misma política medioambiental de las ultimas décadas. Obviamente la otra propuesta no aborda el tema y no ha participado en cuanto debate o conversatorio se ha realizado del tema, durante esta campaña.
11.        Sobre narcotráfico y delincuencia, resulta gracioso que el primer punto, tampoco es abordado por la propuesta fujimorista, cuando existen diversos indicios razonables de relaciones con el narcotráfico de la familia Fujimori y cuando se usaba el mismo avión presidencial para sacar cargamentos de droga del país, lo cual está plenamente comprobado y documentado. En materia de lo segundo, el endurecimiento de las penas y la mano dura es el único resumen ingenioso que puedo dar de dicho eje temático del plan fujimorista. Pero tengo que decir que en esa materia tan importante no hay muchas ideas novedosas en ambos planes, sin embargo la propuesta nacionalista aborda políticas específicas para el narcotráfico, la delincuencia común y la corrupción incidiendo en esto último. Por otro lado el planteamiento de acrecentar el numero de efectivos policiales y la mejora de su régimen actual de trabajo, suena mejor que la destemplada e improvisada propuesta de campaña (que para variar no esta en el plan) de municipalizar la policía, que tristemente enarbolaron solo algunos días los fujimoristas luego de hacer conocido la contratación del ex alcalde de New York Rudy Giulani en materia de seguridad. (Tengo que confesar que esa imagen me recordó al sheriff de Peru - Nebraska perdido en la caótica Lima, del documental Marca Perú).
12.        Sobre derechos humanos, el plan de Ollanta, aborda el tema desde la perspectiva de la calidad de vida, como eje básico del respeto a los derechos humanos, lo cual me parece sumamente correcto, asegura, además, la ejecución de todas las reparaciones civiles que tiene pendiente el estado por estos casos. Por otro lado la propuesta de la mafia fujimontesinista no solo lo olvida convenientemente en su plan de gobierno, sino que en el colmo del desparpajo, durante el debate presidencial correspondiente a la segunda vuelta, Keiko Fujimori aseguro que se cumplirían con las reparaciones civiles, cuando aún están en proceso varias de las impugnaciones que hizo el gobierno de Alberto Fujimori para no pagar nada de esas deudas con la sociedad. A propósito de este punto, obviamente, este comentario parte del entendido que con eso no se recuperarán a los campesinos, obreros, intelectuales, estudiantes, soldados, policías, padres, madres, hermanos, hijos, etc. y mucho menos se logrará consolidar la reconciliación nacional de la que tanto se habla.
13.        Queda claro que en conclusión la propuesta nacionalista ya no plantea el cambio de la constitución sino la modificación de algunos artículos bajo la vía constitucional, cambios, que hay que decirlo, se presentan muy difíciles con la actual composición del congreso. Los fujimoristas por otro lado matan por su constitución y esta frase es espeluznantemente literal.
De los que ya nos decidimos en base a algunos de los argumentos mencionados líneas arriba, hay quienes votan por Ollanta, otros simplemente no votan por Keiko Fujimori, otros no votan por el fujimorismo o cualquier otra forma de fascismo, yo votaré por el mejor plan de gobierno de las opciones latentes (sin ser necesariamente brillante o exactamente basado en mis convicciones políticas) y porque creo que esta coalición democrática, la primera en nuestra historia que pondría a un gobierno (pues la anterior lo sacó el año 2000, con Toledo a la cabeza), podría también, en base ha haberse situado en el centro político, lograr algo sui géneris en nuestra historia, desarrollar un gobierno que si bien no cambiaría el modelo económico, sí podría rescatar algunos de los principios básicos de la convivencia social con dignidad, la inclusión como premisa y no como accidente. Tengo que confesar que no creo que lo logre cabalmente, pero cifro esperanzas en que el éxito de algunos de esos programas sociales podrían sosegar un poco mi espíritu cada vez que me llevo un pan a la boca y recuerdo que por cada miga desperdiciada hay muchas familias que no tienen que comer en ese momento, como un bálsamo para cada vez que recuerdo que 11 de cada cien peruanos, literalmente se mueren de hambre, y que el 34% de compatriotas son pobres, como una estéril disculpa a los quechuas, aimaras y demás pueblos amazónicos postergados por la inacción de todos, peruanos de segunda clase (dixit Kuczynski).

No puedo finalizar la presente sin mencionar dos razones adicionales, pero no por eso menos importante, para votar por Ollanta Humala, que han permitido que algunos de los más cautos y/o conservadores de mis amigos, decidan su voto:
  • Como saben muchas de las personas que me conocen, me precio de ser racionalmente desconfiado y de no comprar cebo de culebra con facilidad, no obstante, tengo que reconocer que estoy convencido de que Humala no sería capaz de cerrar el congreso, controlar la prensa y cambiar la constitución, entre otras cosas que se le han imputado, no porque compre el cuento del profundo cambio, aunque reconozco una visible evolución, sino por dos simples razones: la primera es que los gobiernos a los que se cita para asustar a la ciudadanía (léase Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba),son producto de profundas crisis socio económicas, resultado del descontento generalizado y el caos económico campante, lo cual no sucede en el Perú; la segunda razón, es que Ollanta no tendrá la legitimidad y apoyo popular que se requieren para ese tipo de medidas, legitimidad de la que sí han gozado los gobiernos antes mencionados y menos aún tendría la venia de los diversos círculos políticos y empresariales con los cuales ha tenido que tender puentes en pro de ampliar su universo electoral. Lejos de verlo como una traición a las convicciones que reivindicaba en la primera vuelta, lo reconozco como un acto político maduro y que permitió convocar a diversas fuerzas políticas, lo cual me sorprendió gratamente, pues todo aquel partido político que se precie de ser progresista debe de reconocer la naturaleza del contexto para plantear sus prioridades programáticas. Pero será el peso de la historia quien juzgara mi decisión y la de toda mi generación.
  • Y en segundo lugar, las diversas personalidades entre intelectuales, artistas, técnicos, periodistas y organizaciones civiles que a la fecha apoyan a Ollanta, al margen de sus creencias ideológicas o posturas políticas, representan buena parte de lo mejor del país, no solamente en sus respectivas áreas profesionales sino, por sobre todo, en la integridad de sus acciones y en la coherencia a través de los años en su espíritu democrático. En mi humilde opinión, ante personajes impresentables como un Chimpler, un Trelles, una Cuculiza, una Chavez, un Raffo, unos bufones como Bayly y Alditus  (En lo personal evito mencionar el apellido Mariategui al referirme a tan intolerante personaje), la figura de los Vargas Llosa, Bryce, Levitsky, Cotler, Delfín, Hildebrandt, Gorriti, Burneo, Jimenez, etc. se agigantó ante la historia, por el contexto vivido y la trascendencia de este periodo para nuestro país. Podremos tener de forma fundada o infundada diferencias con muchos de los intelectuales que han tomado partido por el proyecto de Humala, pero no podemos dejar de reconocer, en la gran mayoría de ellos, que no tienen nada que ganar y si mucho que perder, un genuino sentido de defensa de la democracia.
Respeto profundamente a todos aquellos que difieren de las opiniones vertidas y que legítimamente y sin ningún interés personal, más allá del bienestar propio y de los suyos, han tomado una decisión distinta, repito que será la historia de nuestro país y nuestras familias las que nos han de juzgar por lo que hagamos este domingo 05 de junio.
Pero muchos otros en todo el Perú, votarán este domingo con muchas expectativas cifradas  en un posible gobierno de Ollanta, avizorando el verdadero y profundo cambio que se promete. Quisiera que llegue a ellos este mensaje porque solo teniendo claro todo lo antes vertido será menor la decepción cuando no se logre tan caro anhelo. He sufrido  la terrible depresión que puede generar ver la frustración en los jóvenes cuando sus perspectivas eran mayores a los de la realidad obtenida, a ellos mi profunda admiración por todos los esfuerzos realizados en el presente contexto, un mensaje de esperanza para defender la incipiente democracia que tenemos y que según todo lo expuesto, espero que quede claro que en algo nos sirve, este domingo votemos y defendamos los votos con entusiasmo, pero con realismo. Si gana la propuesta democrática habrán mejores condiciones para seguir buscando en base a nuestro trabajo y esfuerzo como tradicionalmente hemos tenido que hacer, las bases de un desarrollo sostenido, para creer que la industria nacional puede fortalecerse y permitirnos dejar de ser meros vendedores de "commodities", para construir organizaciones políticas sólidas y realmente representativas, para construir un proyecto país viable, una patria más justa y sentarnos al borde de una mañana eterna desayunados todos.
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Saludos cordiales,

Juan Armando Chanco Solano

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