viernes, junio 24, 2011

Feliz cumpleaños Maestro!!!


"Existe una opinión generalizada según la cual la matemática es la ciencia más difícil cuando en realidad es la más simple de todas. La causa de esta paradoja reside en el hecho de que, precisamente por su simplicidad, los razonamientos matemáticos equivocados quedan a la vista. En una compleja cuestión de política o arte, hay tantos factores en juego y tantos desconocidos e inaparentes, que es muy difícil distinguir lo verdadero de lo falso. El resultado es que cualquier tonto se cree en condiciones de discutir sobre política y arte -y en verdad lo hace- mientras que mira la matemática desde una respetuosa distancia." (Ernesto Sábato)


Y en la misma línea de pensamiento: el deporte, el fútbol es una actividad cuasi artística (muy a pesar de Borges) en la que se desnuda facilmente las debilidades de quienes pretenden conocerlo y no lo hacen, de la misma manera como su belleza radica en su simplicidad. Es menester del crack hacerlo parecer más fácil aún, por eso recuerdo que veinticuatro años atrás nació en Argentina un niño menudito y pequeño de estatura, pero con una bravura y un temple que se ha fraguado con el pasar de los años y nos ha demostrado a todos, que no afloja ante nadie, prodigioso de la gambeta y rey del firulete, un hombre que aunque sencillo, ecuánime y siempre respetuoso no deja de ser un astro y que hace parecer que llevar el balón pegado al botín izquierdo es, también, otra forma común de desplazarse: Lionel Messi.

También en tierras gauchas, para orgullo de su pueblo, nacío Ernesto Sábato,hace exactamente un siglo, un siglo de luces, y no las de Carpentier y su vigoroso retrato de las sociedades latinoamericanas (emancipadas del yugo español, pero no del yugo aristocrático y oligarca), sino de las luces del desarrollo científico, filosófico y artistico, que en este caso se encarnan en una sola persona, un hombre sin parangon en tiempos de post-modernidad.


Y es importante recalar en este detalle, para lo cual citaré un fragmento de un muy buen artículo escrito por Sandro Venturo, Director de la Central de Comunicadores Toronja: “...en tiempos en los que la sociedad premia la especialización con prestigio profesional y, en ciertos casos, con salarios excepcionales. La sociedad actual es un continente de altas especializaciones. Vivimos en un capitalismo que superó la producción masiva de su era industrial y ha encontrado en la personalización de sus mercancías una oportunidad para multiplicar sus ciclos productivos y así incrementar aún más sus excedentes. En una sociedad de alta especialización como la actual, se imponen entonces esos desarrollos profesionales dedicados a una rama, a un saber específico.

Sin embargo se sabe que la especialización, tan necesaria, tiene sus riesgos. En Lima, por ejemplo, tenemos arquitectos que conciben al edificio como pieza autosuficiente, sin comprender cómo ese edificio contribuye a la dinámica de la ciudad. En el Perú contamos con gerentes con amplia experiencia en la gestión financiera y comercial, pero que son incapaces de liderar organizaciones compuestas de personas que atienden a personas, de integrar a sus empresas en la comunidad que las acoge y les da sentido. Son especialistas de la mera rentabilidad.

En el campo de la comunicación, sucede algo semejante. Los comunicadores son hábiles produciendo campañas, pocas veces saben hacia donde están yendo. Son buenos escribiendo spots de televisión y ejecutándolos con especial maestría para captar la atención del consumidor, pocas veces tienen control de los alcances simbólicos de su propia obra. Por eso se copia tanto la publicidad de la metrópoli.”

Pero Sábato por el contrario fue un integrador de múltiples saberes, Sábato fue a todas luces un genio, el último de los sabios, que como los grandes exponentes del Renacimiento se destacó en varias de las áreas del conocimiento humano: físico nuclear y matemático, cambio las ciencias por las artes y se destacó como un notable escritor de ensayos y ficciones, fue pintor y hasta compositor de tangos, presidió la comisión que investigó los crímenes de la dictadura militar de Videla en Argentina, un hombre comprometido con las causas justas, un activista social, entre tantas otras labores valiosas para la sociedad latinoamericana y mundial.

Un defensor de las minorías, de los desposeidos, de las etnias, de esas tantas sociedades que conforman nuestros paises en Latinoamerica. Por esa razón, también, que hoy los pueblos amazónicos celebren el día más importante en su calendario de efemérides y que los pueblos andinos recuerden al Inti Raymi (que más allá del rito sincrético que se realiza en cada solsticio de invierno, es la fiesta del nuevo año en la cosmovisión andina que sobrevive de la misma manera que los anhelos y expectativas de nuestros pueblos originarios), es otra feliz coindicencia.

Como parte de esa serie de coincidencias, el día que murió Ernesto Sábato, hace poco menos de dos meses, se celebraba en todo el mundo el día del trabajador, aquel trabajador postergado y maltratado al que Él defendió tanto, desde cualquier tribuna que el arte y la política le permitieron aprovechar, principalmente desde Santos Lugares al oeste de Buenos Aires, su ciudad natal y donde se confinó a si mismo al exilio para poder talvés intentar ese ejercicio absurdo que practican las mentes más claras de nuestra sociedad, de alejarse del terrible dolor que produce la lucidez y la verdad en tiempos de hondas injusticias y de profundización de las diferencias e inequidades de esta carcel de puertas abiertas que llamamos humanidad.

"La mayor nobleza de los hombres es la de levantar su obra en medio de la devastación, sosteniéndola infatigablemente, a medio camino entre el desgarro y la belleza". (Antes del fin, Ernesto Sábato - 1999).

1 comentario:

Rafael Verastegui dijo...

Sin duda alguna un genio ....